lunes, 8 de marzo de 2010

DESARROLLO DE LA ADOLESCENCIA Y DE LA ADULTEZ

OBJETIVOS

Conocer teórica y vivencialmente los procesos de desarrollo y de aprendizaje de la adolescencia a fin de comprender las implicaciones que esta fase tiene en la naturaleza de la identidad adulta.

Identificar las características, necesidades e intereses de la edad adulta, con base a referentes teóricos y vivenciales, para responder con planteamientos de aprendizaje acordes a esta etapa.


COMPETENCIA

Identificar los principales rasgos físicos, psicológicos y sociales de las etapas de la adolescencia y de la adultez en el ser humano, con el propósito de comprender la necesidad de orientar procesos de enseñanza-aprendizaje acordes a las características propias de las personas jóvenes y adultas.


CONTENIDO

La educación de las personas jóvenes y adultas en la actualidad no sólo es una modalidad que pueda distinguirse de otras en razón de criterios cronológicos, dada su naturaleza, debe ser atendida con una perspectiva más sólida en su base pedagógica y social considerando tanto la problemática teórica, como la práctica. Sin embargo, poco es lo que se ha logrado a este respecto a pesar de los muchos esfuerzos realizados, es evidente el reclamo por el desarrollo de una pedagogía que dé cuenta de sus contradicciones y dinámica propias.

Obviamente el grado y nivel de razonamiento del niño, del adolescente y del adulto son diferentes, lo cual obedece a las diversas situaciones de éstos, que van desde su condición social, económica y su naturaleza psíquica, lo que posibilita o interfiere en su capacidad de aprendizaje.

Tanto el joven como el adulto cuentan con un bagaje de experiencias y conocimientos en diferentes sentidos, en virtud de lo cual la pedagogía y la psicología, amén de otras disciplinas, deben plantearse con mayor rigor científico nuevas formas, no extrapoladas ni reduccionistas, para atender los procesos de aprendizaje de cada una de estas etapas.

Un papel importante es el del docente en este campo de educación, el cual requiere de una formación específica para desarrollar todas las tareas inherentes a su práctica, de manera reflexiva. Una de ellas es el reconocimiento del sujeto de dicha práctica que lleva a cabo, a fin de conducirlo con respeto al logro de los propósitos educativos. El ser humano a lo largo de su existencia vive un proceso de cambios compuesto por una serie de etapas, las condiciones en las que se desenvuelva

éstas son determinantes para la conformación de su personalidad. Cada etapa a su vez reviste una importancia trascendente y significativa en una continua sucesión, lo cual prepara a los sujetos para enfrentar y resolver, de una manera particular, las crisis que en cada fase se presentan. En el desarrollo histórico y en los cambios que experimentan hombres y mujeres se encuentran involucrados tanto los aspectos físicos como los psíquicos, dando como resultado la maduración, la cual puede observarse en la manera cómo cada individuo transita de una etapa a otra.

La educación dentro de este complejo proceso de desarrollo juega un papel relevante que debe servir a cada persona para reconocerse a sí misma y alcanzar un estado óptimo de crecimiento, para beneficio propio y del grupo social del que forma parte.

Si bien los cambios físicos y psicológicos que se sufren al final de la niñez son tomados como base para señalar que un sujeto ha entrado en la adolescencia, es difícil delimitar el momento en que un individuo pasa de la etapa de la

adolescencia a la adultez, debido sobre todo a factores socio-económicos, culturales y a su historia de vida como parte de una sociedad.

Durante la etapa de la adolescencia, el individuo presenta una serie de cambios que se reflejan en un conflicto interno en el que la persona inicia la búsqueda de su libertad, para tratar de construir una nueva ideología, al mismo tiempo que sufre cambios corporales, despertando una nueva fase de sexualidad, todo lo cual utilizará para interactuar con otros adolescentes y con el resto del mundo exterior, en búsqueda de su identidad adulta.

La adultez también es una etapa compleja, la persona adulta pese a la supuesta madurez alcanzada sigue siendo un ser en desarrollo, en el que se distinguen períodos de consolidación, así como de gran productividad y creatividad que tienen un valor y un reconocimiento social. No sucede igual con la fase de declinación o senectud, dentro de la cual se es más proclive a las enfermedades, además de que la gran mayoría de las personas no cuentan con un trabajo seguro y en muchos de los casos ni con una familia completa o estable.

Por lo anterior, el curso se orienta a descubrir, a través de los cambios que vive el ser humano a lo largo de su vida, los intereses, necesidades, motivaciones de las personas jóvenes y adultas cuando se enfrentan a procesos de enseñanza y de aprendizaje.

El curso de imparte en el cuarto semestre de la Licenciatura en Intervención Educativa con una carga semanal de 4 horas y con un valor de 8 créditos.


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